Miguel Ayuso, responsable de Medioambiente del centro investigador pone en valor esta línea de trabajo, “aprovechamos los residuos agroindustriales de bajo valor añadido para obtener hidrolizados proteicos de alto valor añadido”.
El Centro Tecnológico Nacional de la Conserva y Alimentación (CTNC) ha impulsado el proyecto ‘Recupera’ que, según ha explicado Miguel Ayuso, responsable de Medioambiente del Centro investigador busca “obtener hidrolizados que favorezcan su aplicación en la industria alimentaria, tanto como ingrediente como para aprovechar sus propiedades tecnológicas para la elaboración de alimentos y en otras posibles actividades como la agricultura”.
Para ello, ha continuado “estamos evaluando diversas propiedades, físicas, biológicas y tecno funcionales como: rendimiento, riqueza, perfil de aminoácidos, capacidad antioxidante, grado de hidrolisis o el poder de gelificación, basándonos en tecnologías de extracción sostenibles modificadas y asistidas por ultrasonidos de alta intensidad y en protocolos de hidrolisis asistida”.
En relación a los tipos de subproductos del sector agroalimentario con los que se está trabajando, el responsable de Medioambiente del CTNC ha detallado que son restos de alcachofa, de legumbres, destríos de guisantes, de habas y de tomate. “Estos residuos han sido caracterizados y se observa que tienen un contenido en proteínas que oscila entre el 2.4 % hasta el 6.3 % en peso fresco y hasta un 18 % en el caso de los restos de legumbres”, ha precisado Ayuso.
Hasta el momento –ha continuado- “hemos realizado pruebas con todos los restos vegetales apuntados anteriormente y estamos obteniendo rendimientos de extracción de proteínas por encima del 55%, en todos los casos, y un incremento de más del 15 % cuando utilizamos ultrasonidos para acondicionar los restos vegetales respecto a cuándo se extraen las proteínas sin la utilización de ultrasonidos”.
Cabe destacar que el procesado de frutas y hortalizas es variable en función del producto buscado. Sin embargo, a pesar de esta variedad de productos y tecnologías, existe un punto en común, la generación de una cantidad muy importante de restos vegetales que se corresponden con las partes de las frutas u hortalizas que no tienen interés comercial. Asimismo, en general, ha precisado Miguel Ayuso, “dichos residuos no son gestionados o revalorizados de la forma más favorable, puesto que el destino final más común es su uso directo para la alimentación animal, con todos los problemas asociados a esta práctica de pérdida de valor económico, fermentaciones o emisión de gases invernadero, entre otros”.
Alternativa atractiva económica y medioambiental
“Muchos de estos restos vegetales procedentes de la industria alimentaria están infravalorados a pesar de contener sustancias con elevado valor nutricional e interés comercial: grasas, azúcares, sustancias nitrogenadas, proteínas, péptidos, ácidos orgánicos, polialcoholes, pectinas, mucílagos, taninos y polifenoles”, ha manifestado Ayuso para remarcar que “estos constituyentes con elevado valor añadido presentes en estos residuos y subproductos constituye una alternativa muy atractiva desde el punto de vista económico y medioambiental”.
"En el CTNC estamos interesados en la búsqueda continua de nuevas fuentes de proteínas para el mercado de la alimentación y las bebidas", ha precisado el responsable medioambiental para remarcar que “ese interés viene motivado por la necesidad de alimentar a una población mundial en continuo crecimiento, el fuerte aumento de la demanda del consumo de alimentos enriquecidos con proteínas, así como los elevados costes ambientales y económicos de las fuentes de proteínas existentes”.
Actualmente, las dietas que contienen más proteína vegetal están aumentando debido a varias razones: los impactos ambientales negativos de la producción de proteína animal, las crecientes tendencias del vegetarianismo y veganismo, y la aceptación inadecuada de los insectos de calidad alimentaria por parte de los consumidores, entre otras. Las proteínas representan uno de los componentes principales de los alimentos, tanto desde un punto de vista funcional como nutricional, determinan las propiedades físicas y organolépticas de muchos alimentos. Además, también constituyen un aporte nutricional importante, representando una fuente de energía, nitrógeno y aminoácidos esenciales.
De ahí, ha finalizado Ayuso que “una de nuestras líneas de investigación esté basada en el aprovechamiento de residuos agroindustriales de bajo valor añadido para la obtención de hidrolizados proteicos de alto valor añadido”.
Proyecto subvencionado por el Instituto de Fomento de la Región de Murcia (INFO) y cofinanciado con recursos del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), asignados al Instituto de Fomento de la Región de Murcia con arreglo a la Subvención Global mediante la Decisión C(2015)3408, de la Comisión, por la que se aprueba el Programa Operativo de intervención comunitaria FEDER 2014‐2020 en el marco del objetivo de inversión en crecimiento y empleo, en la Comunidad Autónoma de Murcia, como Región calificada en transición.
Fuente: Dpto. Comunicación CTNC.