6 Mar. El aumento del desperdicio de alimentos entre los llamados "países del primer mundo", genera una mayor concienciación por parte de la sociedad en relación con la salud, el medioambiente y una serie de cuestiones sociales, donde la pobreza y la lucha contra el desperdicio alimentario cobran una especial importancia.
Este desnivel entre la hambruna y el desperdicio alimentario, ha hecho surgir numerosas iniciativas emprendedoras que pretender paliar y frenar estas alarmantes estadísticas. El desperdicio alimentario diario en países desarrollados alcanza el 17% de la producción total mundial.
Por ello, en los últimos años han proliferado las empresas orientadas hacia el concepto “Desperdicio Cero”, como Foraviler, una novedosa empresa murciana que pretende generar conciencia sobre la problemática del desperdicio alimentario, estableciendo un vínculo, o canal de comunicación entre aquellos con excedentes de producción y aquellos que buscan aprovecharlos, contribuyendo así a la reducción del desperdicio.
La característica común que comparten companías como Foraliver es su objetivo de reducir el desperdicio alimentario, esforzándose por maximizar el aprovechamiento de los alimentos.
Empresas como Foraviler se configuran como iniciativas principalmente orientadas al sector empresarial, no a los particulares. Este negocio permite a los comerciantes adquirir excedentes de producción, brindándoles una nueva vida útil. Estas transacciones entre empresas se conocen como “B2B” o “Business to Business”; actuando las compañías como proveedores y clientes específicos en sectores particulares del mercado.
De este modo, Foraviler facilita la compra y venta de excedentes de producción y materias primas. Una vez adquiridos por los clientes, estos transforman los productos en artículos elaborados, agregándoles un valor añadido y contribuyendo así a la circularidad económica.
Sin embargo, aunque comparten la misma motivación, cada otras empresas y plataformas ofrecen enfoques distintos para lograr el ovjetivo de "cero desperdicios", adaptándose a las diversas necesidades de los consumidores y ofreciéndoles la oportunidad de participar en sus proyectos según sus fines específicos.
Plataformas como TooGoodToGo, u Olio, se dirigen hacia la cotidianeidad de la ciudadanía, brindando a los individuos diferentes opciones de luchar contra el desperdicio e integrándose en sus quehaceres diarios. La primera de ellas, ofrece a sus usuarios la posibilidad de comprar “packs sorpresa” preparados por los diferentes establecimientos con aquellas piezas que no hayan vendido a lo largo del día. Sus proveedores abarcan desde supermercados donde se pueden recoger cestas de la compra aleatorias, hasta pastelerías o negocios especializados que nos evitan en muchas ocasiones tener que cocinar, por un precio muy reducido, contribuyendo al mismo tiempo al cuidado del medio ambiente al reducir el desperdicio de alimentos. Olio, aunque no se dirija únicamente al ámbito alimenticio, sigue un patrón relativamente similar, permitiendo a personas que viven relativamente en proximidad intercambiar objetos, materiales y alimentos, otorgándoles una segunda vida, combatiendo así la sobreproducción.
Otras aplicaciones como Karma o ResQclub comparten características similares, centrándose en la adquisición de alimentos o platos ya preparados a un costo reducido en comparación con los restaurantes, con el objetivo de aprovechar los excedentes.
Para aquellos que prefieren adquirir alimentos naturales directamente de productores locales, La Colmena Dice Que Sí, es otra aplicación cuyo propósito es conectar a consumidores con agricultores que se encuentran a menos de 50 kilómetros de distancia.
En conclusión, aunque la crisis alimentaria persiste, este crecimiento gradual del hambre y el desperdicio alimentario ha llevado a la creación de iniciativas que, frente a estas cifras impactantes, abordan el problema de manera inclusiva y simplifican nuestras vidas.
Estas empresas aportan numerosos beneficios para todas las partes implicadas y para la sociedad en general, ya que ayudan a combatir el desperdicio, fomentan la concienciación, y trabajan para reducir la pobreza.