La forma que tenemos de consumir y producir energía está cambiando, y con ello, los actores que participan en el organigrama del mercado eléctrico.
El prosumidor energético es una nueva figura que va a ocupar un puesto clave en el esquema energético europeo, pero depende de la disponibilidad de la tecnología necesaria para lograr que esa transformación le sea accesible.
Descubre cómo esta aplicación puede cambiar el modelo en el que se relacionan los prosumidores con el mercado eléctrico y cómo favorece la generación distribuida y el desarrollo de microrredes más estables.
El prosumidor de energía: actor principal del nuevo modelo energético
El prosumidor energético es un acrónimo de las palabras “productor” y “consumidor”. Tiene la capacidad de aprovechar su autoconsumo energético o la flexibilidad en su demanda para consumir energía de manera independiente a la red, compartirla, almacenarla o verterla al sistema. Todo ello va ligado estrechamente a las nuevas tecnologías de gestión y autoconsumo energético, que están surgiendo al calor de los cambios normativos en los países más industrializados.
Los datos de los últimos años reflejan ese cambio. Por ejemplo, en España se instalaron el año pasado 596MW de potencia en autoconsumo fotovoltaico, y el año anterior algo más de 400MW, habiéndose multiplicado en más de 10 veces la potencia instalada desde el año 2016. Además, los precios de las placas fotovoltaicas han caído más de un 81% en los últimos diez años, aumentando exponencialmente los distribuidores y proveedores de este tipo de tecnología.
Está claro que la caída de los precios de la tecnología de autoconsumo sumado a los cambios regulatorios, y a una mayor concienciación medioambiental por parte de la población, han hecho posible este cambio.
Fuente: MIWenergía.